Translate

VOLVER A SENTIR

"Señor eres la Luz del corazón y el alimento del alma" .

   Los momentos álgidos del corazón no son atinados sino cuando éste pierde su esencia para lo que ha sido hecho: "sentir". Cuando el corazón se enfría pierde la sensibilidad de sentir y desear y por lo tanto, todo se vuelve tan rutinario y frío. Nada de lo que puede ser agradable y bello te asombra; todo te parece tan estático y quieto, sin trascendencia ni deleitoso para el alma.

El fuego y esa pasión del amor se hiela y comienza a parecerte que todo lo que haces solo está hecho por un mecanismo institivo que se torna tan soso, sin ese sabor agradable y apetecible. ¡Y, qué sino un volver a sentir la pasión del amor primero es lo que puede iniciar a dar calentura al entumecido corazón! Y, cuál es la causa de ese enfriamiento del corazón. Quizá no pueda dar aquella respuesta atinada como sola y única, pues estoy convencido que el enfriamiento del corazón no solo se debe a una única razón; convergen muchos factores, externos e internos. Pero,  sin embargo todos ellos se pueden sintetizar en una única palabra(s). "Descuido y/o abandono".  


 Este desuido y/o abandono inicia cuando a todo vamos buscándole una excusa. Y muchas veces no tiene razón justa para aquello. Y mientras esta búsqueda inútil,  la sazón de las pequeñas cosas van desa-pareciéndose cual rocío en la mañana de verano. Y qué lágrimas cuando el corazón se esclerotiza, pues ya no tiene sensibilidad sino que todo le resbala como el agua sobre el plumaje lúcido de un ave. Y qué hacer sino retornar al amor primero, volver a sentir aquella pasión primera, aquella conquista tierna, aquel asombro fino, aquel enamoramiento deleitoso, aquel fuego vívo, aquella convicción santa, en fin a aquellos momentos felices, cargados de sentido, de vida, de emoción, de alegría, de lucha, de ímpetu, de sueños, de metas, de proyectos, quizá de locuras inocentes y venerables... 



   Volver a sentir es volver a entablar la armonía perdida en el alma; es volver a llenar aquellos vacíos del corazón; es comenzar a escribir una vez más nues-tra historia en una hoja nueva; es volver a edificar sobre los cimientos de una entrega ya hecha; es volver a soñar aquellos grandes proyectos trazados para una vida grande, llena de encantos y felicidades; es volver a degustar de aquellos sabores eternos, puros, agradables; es volver a enamorarse de la vida que es vida y no de aquella que es sobrevivencia; es volver a abrazar con ternura, con bondad, con dulzura, con exquisitez; es volver a sentir paz, tranquilidad, sociego, quietud placidez; en fin es volver a encender aquel fuego vivo, enérgico, dinámico, firme, decidido, lúcido, radiante de la vida, del corazón, de la mente...


 El que deja de sentir,  apreciar, creer,  conmover-se, asombrarse, maravi-llarse de la vida, perderá la exquisitez de la belleza que nos viene de lo alto; pues nada significa aquello lu-minoso para quien no es capaz de salir de su agujero, para quien no es capaz de alzar la mirada y contemplar el horizonte lleno de belleza y esbeltud...


                ******

No hay comentarios:

Publicar un comentario