BELLA ESPOSA DEL CORDERO
Bella esposa del cordero,
eres hermana querida;
real imagen impresa llevas,
tras tu tierno rostro de doncella.
Hasta la luna llena se dibuja
al canto simple de la aurora.
Tanto como las estrellas brillantes
en el inmenso cielo azul se ven,
igual de hermoso es tu semblante
junto al dueño de tu amor.
¡Oh esposa del Cordero!
¡Oh esposa del que pasó por el madero!
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JESÚS A ALICIA CORREA
luz dorada en centellas,
inmensidad de mañaneras estrellas,
caminos vastos recorridos,
intensos lirios florecidos,
a la par de tu hermosura.
Cuando en tu rostro de rosa
oscuros horizontes mueren
renace la vida buena
resplandeciente y primorosa
Él, en tus ojos de doncella
atina la lánguida esperanza.
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MI AMADO
mi alma entera se recrea,
y canta y corre y juguetea
mi corazón amante y perfumado.
Cuando entre las florecillas silvestres
mis ojos extenuados buscan tu hermosura
apareces con el viento en locura
trayéndome a temblores tus amores;
y bajo el azul infinito del cielo
aligeras tus pasos desde el horizonte
atravesando encañadas, cruzando hielos
llegas cual paloma blanca a mi pecho.
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buscarte en imágenes o templos
hoy me basta pensar en Ti
que estás en mi corazón
de donde me llega,
la dulzura de tus ojos,
la ternura de tu abrazo
y tu mensaje sin sonido de palabras
y aún más todavía
ese amor especial
tan lleno de paz.
Que solo Tú Señor,
solo Tú,
me puedes brindar.
Gracias, Señor,
ahora ya no tengo que buscarte fuera
porque estás en mi corazón
para toda la eternidad.
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mi corazón ensangrentado,
ya se había fijado
ya se había fijado
en tu noble corazón.
Cuando dormías en tu cuna,
cerníanse los rayitos de luna,
en tu desnuda cabellera.
¿Cuántos años ya has amado
¡Oh Imelda de amores!
Que entre dolores y loores
unías tu día asolapado
en la cruz de tu amado?
Los años son delicias faenas
flor pura de los campos,
azucena blanca de los valles
idilio empurpurado en tus espantos.
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Bajo el manto azul del cielo
tu alma es un lirio aromado,
por el valeroso Cristo cultivado,
en tu tierno corazón y sin desconsuelo.
¿Quién me diera alas de querubín?
para volar a tu encantado corazón
para volar a tu encantado corazón
y alegrarte con mi tierna canción
en una noche sin fín.
¡Oh Imelda de entrega eternal!
Tu voz cual dulce canto primaveral
a mis oídos llega, en hora sin final
y a mis versos llenas de amor, de amor…
Tu voz cual dulce canto primaveral
a mis oídos llega, en hora sin final
y a mis versos llenas de amor, de amor…
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JESÚS A MARÍA GLADYS
Mis ojos ya extenuados,
al ver hoy tu hermosura,
resplandecen inquietos en la llanura,
inmensamente rejuvenecidos
a la par de tu hermosura.
Gozo hoy al contemplar los cielos:
la luna y las estrellas que has creado,
a mi pobre súplica que has escuchado
desde la profundidad de tu suelo;
y ya que de Ti me he enamorado,
sé Tú mi compañía en mis desvelos.
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